No es que haya más hogares donde solo vive una persona que antes, sino también que los consumidores no quieren comprometerse. ¿Vino o cerveza? ¿Cerveza o cóctel? ¿Refresco o agua con gas? Igual que, cuando salimos, podemos elegir la bebida que nos apetece en cada momento, los consumidores desean disfrutar de ese lujo en su hogar. Por eso, hay cada vez más opciones de tamaños individuales.