En una época en la que los compradores afirman que los productos locales y sostenibles son más importantes que nunca, una empresa de bebidas estonia responde a ambas prioridades con sus botellas de agua.
Cuando Vello Oselin, CEO de Haage Joogid, analizó las opciones de envasado para el agua mineral que embotella la empresa, acabó decidiéndose por las botellas de vidrio fabricadas en la planta de O-I en la ciudad de Järvakandi, Estonia. Estas botellas de vidrio no solo son 100 % reciclables, sino que además Järvakandi se encuentra a menos de 160 kilómetros del manantial Haage, de donde se obtiene el agua. Es una apuesta ganadora en cuanto a sostenibilidad en todos sus aspectos.
"Tuvimos en cuenta diferentes opciones, pero decidimos que para embotellar agua estonia, lo ideal es utilizar botellas fabricadas en Estonia", afirma Oselin. "La botella de vidrio es más respetuosa con el medio ambiente y su producción nacional es sostenible y controlable".
La planta de vidrio de O-I en Järvakandi era la solución natural. Su proximidad al manantial también hace que se reduzca la huella de carbono y que haya menos variables que gestionar durante la crisis de la COVID-19. Y lo local no es solo la planta: un ingrediente clave que se utiliza en la producción del vidrio también procede de Estonia.
"Utilizamos arena de Tabina, una localidad estonia, ya que produce un vidrio muy transparente y luminoso, ideal para el embotellado de agua mineral", nos explica el responsable de la planta, Kaido Turro. El diseño de la botella de vidrio responde a patrones estéticos del norte de Europa y ha sido encargado especialmente para el agua mineral de Haage.
Una botella de vidrio visualmente atractiva era justo lo que Haage Joogid necesitaba para los hoteles y restaurantes en los que se sirve su agua. Los clientes de esos establecimientos también se beneficiarán. El vidrio es prácticamente inerte, lo que significa que la botella no altera su contenido. Las botellas de este material hacen que el agua mineral siga teniendo un sabor fresco y refrescante, que es lo que pretende Haage Joogid. Brindemos por ello.
