Desde hace varios años, los proseccos son el principal impulsor del crecimiento internacional de las ventas de estos vinos que están conquistando el mundo a marchas forzadas.
En especial, este vino italiano se ha ganado el corazón de la generación del milenio por su sabor más dulce y afrutado. Estas personas no asocian necesariamente la copa y las burbujas con las ocasiones especiales. El poder adquisitivo de esta generación sobrepasará pronto al de sus antecesoras. El sector vinícola lo sabe y, por ello, debe prestar especial atención a sus deseos y hábitos. El sabor y la apariencia son aspectos muy importantes, pero la historia del vino es lo que hace vibrar al consumidor. La generación del milenio quiere saber exactamente qué hay en su vaso, desde la variedad de uva hasta la historia de la botella.