En este momento, el agua de vida irlandesa desafía a los demás licores en su carrera por la cuota de mercado. Su popularidad se ha disparado en Estados Unidos y en Europa oriental y se ha convertido en el licor de crecimiento más rápido del mundo. Según el estudio International Wine and Spirits Research (IWSR), las ventas de whisky irlandés han aumentado un 400 % en la última década.
En Irlanda, están brotando destilerías artesanales como champiñones, en un intento de aprovechar la oportunidad y compartir la cresta de la ola con las marcas tradicionales de más envergadura.